Suelo masturbarme con mucha frecuencia, siento que eh llegado al punto de no poder controlar mi eyac

Hola. La masturbación compulsiva, en algunos casos, puede desarrollar falta de autocontrol de la eyaculación - e eyaculación precoz -; si es tu caso, es importante consultar para realizar una evaluación completa y orientar el tratamiento al autocontrol eyaculatorio y poder vivir la experiencia de la sexualidad a plenitud.

Espero haber respondido tu pregunta.

Es sencillo

A eso se le llama ansiedad y debemos inhibir


Te invito a sacar cita conmigo virtual o presencial
Juan Manuel Amado - Bucarmanga

Buen día. Es necesario aclarar que no conocemos mucha información sobre tu situación, por lo cual no sabríamos si es "excesivo" o no. Respecto al control de la eyaculación, esta depende de múltiples factores, entre ellos la ansiedad, el como se lleva a cabo la estimulación, si se hace con afán o a escondidas, entre otras muchas cosas. Sin embargo no podemos decir que la masturbación en si misma sea el problema, es como se realiza. Todo esto puede abordarse desde un asesoramiento sexual, te invito a programar una sesión para poder hacer la respectiva valoración inicial y el proceso a continuar. Si tienes mas dudas puedes compartirlas y con gusto las resolveré.

Hola, como estas?

Cuando indicas que sientes que has llegado a un punto en el que afecta tu capacidad para controlar la eyaculación es importante buscar ayuda. El hecho de que tengas estimulación frecuente y repetitiva puede hacer que tu pene sea más sensible, lo que puede contribuir a eyacular más rápido. Esto no es permanente y puede mejorar al reducir la frecuencia de la masturbación. Tambien, puedes estar acostumbrándote a buscar un orgasmo rápido durante la masturbación y esto podría verse reflejado tus encuentros sexuales.

Lo que te ocurre es muy frecuente . La masturbación no es mala, pero cuando se hace de forma repetitiva y rápida, el cuerpo se acostumbra a un tipo de estimulación que después cuesta controlar o disfrutar con otra persona.

El exceso puede hacer que pierdas sensibilidad o que el cuerpo “aprenda” a llegar rápido al clímax, sin disfrutar del proceso. También puede aparecer culpa o ansiedad si sientes que no puedes parar.

La solución no es dejarlo, sino aprender a hacerlo de otra manera: con más conciencia, respirando, sin prisa, y sin depender de estímulos externos. En terapia sexual se puede trabajar esto paso a paso y recuperar el equilibrio entre deseo, control y placer.