A mi hija le cuesta mucho cambiar de una actividad a otra, se frustra o se pone ansiosa cuando tiene

¡Hola! Es normal que algunos niños tengan dificultad para cambiar de actividad, sobre todo si están disfrutando mucho lo que hacen. Para ayudarla, puedes avisarle con anticipación que la actividad va a terminar, ofrecer pequeñas elecciones y validar cómo se siente. También puedes hacer la transición más agradable con canciones o juegos.

Puedo ayudarte a implementar estrategias personalizadas para tu hija. Agenda una cita y lo trabajamos.

Hola, gracias por la pregunta.

Es común que algunos niños tengan dificultades para cambiar de una actividad a otra, especialmente si están muy concentrados o disfrutan lo que están haciendo. En ciertos casos, esta reacción se debe a su necesidad de previsibilidad y a que los cambios repentinos pueden generarles ansiedad o frustración.

Para ayudarla a manejar mejor las transiciones:
* Anticipa los cambios avisándole con tiempo que una actividad está por terminar (“en 5 minutos guardamos los juguetes”).
* Usa señales visuales o auditivas como temporizadores, canciones o imágenes ayudan a preparar su mente.
* Cierra con algo positivo: hacer una breve retroalimentación o resaltar lo que disfrutó antes de pasar a lo siguiente.
* Mantén rutinas claras para que los cambios sean predecibles.
* Valida sus emociones y guíala en formas de manejar la frustración (“entiendo que querías seguir jugando, pero ahora es hora de…”).

Si deseas acompañamiento para que tu hija aprenda a manejar las transiciones sin estrés y con más seguridad, puedes agendar una cita conmigo. Trabajaremos juntas en estrategias adaptadas a su forma de aprender y a sus necesidades emocionales.

Cordial saludo.
Jazmín Arango Ricardo
Psicóloga, est. Esp. Neurodesarrollo y Aprendizaje

Hola, ¿cómo estás? Gracias por manifestar tus dudas y pedir ayuda profesional. Sería importante el dato de la edad de tu hija, sin embargo es importante saber que el proceso neurológico y emocional está en desarrollo en los niños y niñas, que desde luego es muy diferente al adulto. El cerebro infantil por lo tanto está aprendiendo a pasar de un estado a otro, a regular las emociones, y a pasar de intención a acción, su cerebro aún está en constante cambio, en ese sentido, está en una etapa donde se enfoca totalmente en la actividad que está realizando, porque para ellos ese instante es sumamente importante, porque para ellos lo único es el aquí y el ahora; a diferencia de los adultos que tenemos citas, reuniones, alarmas, hábitos, entre otros, y que fue todo un proceso, para ir construyendo hábitos y horarios. Por eso es importante entender que no es testarudez o rebeldía, sino que están en una fase donde la transición de una etapa a otra necesitan entenderla, comprenderla, sentirsen seguros; y además sumada a una variable, que posiblemente la siguiente actividad no sea nada atractiva para ellos. Por esto suelen sentir emociones como enfado, frustración o desconexión total. Los adultos debemos empatizar y comprender la mente de un niño (Escuchándolos, hablándoles y vincularse con sus emociones), en ese sentido, debemos integrar poco a poco los horarios y hábitos, dependiendo de su edad, además lo esencial de todo es validar su emoción, que puede ser dándole la importancia de su actividad, también hablándole previamente sobre la actividad futura, de una manera sencilla, clara, y desde luego con empatía. Los niños entienden aunque por generaciones se haya construido un imaginario donde ellos no comprenden porque están en pleno desarrollo del lenguaje. Aprovecha los recursos tecnológicos, por ejemplo la música. Vincular la actividad con una canción, o una música que se vincule a la actividad siguiente, por ejemplo, una música para entrar a bañarse, o una música para organizar los juguetes, esta puede ser una gran estrategia, allí se vinculan rápidamente porque la música ayuda a lidiar las emociones, la angustia y es una gran compañera de los niños y niñas, como lo pueden ver en los jardines, en las escuelas primarias, entre otros. O también es importante decirle con antelación, "me encanta que estés feliz jugando (o la actividad que esté realizando), y aprovéchala que en 10 minutos nos vamos a la casa", son frases sencillas, claras, y que el niño va asimilando, en vez de transgredir la actividad de él, sin ningún preaviso, que como consecuencia sentirán emociones más intensas. Espero que te haya ayudado. Es importante la orientación de un profesional de la salud mental (psicólogo, psicoanalista).

Hola mamá.
Bueno al desconocer la edad de tu hija, como dato importante, lo que te podría recomendar es llevarla al médico para que la derive al especialista pertinente, tal vez este decida hacerle pruebas y/o te de las indicaciones para manejar la situación.