¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a seguir las rutinas diarias cuando parece resistirse o distr

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¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a seguir las rutinas diarias cuando parece resistirse o distraerse fácilmente, y cómo puedo lograr que estas rutinas se conviertan en hábitos sin que sean un motivo de conflicto constante?
Saludos!
Las rutinas son importantes para crear hábitos, sin embargo para los más pequeños es importante crear estímulos positivos que les permitan continuar mas adelante de manera autónoma. Se sugiere acompañar las actividades que le corresponden guiando de manera amable y reconociendo su esfuerzo. Además, en lo posible dejar en un lugar visible las responsabilidades diarias con colores, dibujos y accesorios llamativos para que tu hijo se motive a cumplirlos. Puede usar stikers de preferencia para pegarlos cuando se cumpla el objetivo o crear metas juntos que le permitan un premio, salida o reconocimiento, validando siempre la importancia de cumplirlos en el tiempo estipulado. Te invito a agendar conmigo para poder atenderte y seguir orientando tu caso.

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Hola, gracias por tu pregunta.

Es común que los niños se resistan o se distraigan al seguir rutinas, especialmente si las perciben como poco motivantes o si no están lo suficientemente claras para ellos. La clave está en convertirlas en hábitos predecibles y positivos, en lugar de obligaciones que generen conflicto.

Para lograrlo, te recomiendo
* Haz las rutinas visuales: utiliza cuadros o pictogramas para que puedan ver el orden de las actividades.
* Mantén horarios consistentes para que su cuerpo y mente se acostumbren al ritmo.
* Divide las tareas en pasos pequeños y claros, para que sean más manejables.
* Usa recordatorios positivos en lugar de órdenes repetitivas.
* Refuerza los logros, por pequeños que sean, con elogios o recompensas simbólicas.
* Involúcralo en la planificación, es decir, cuando participa en decidir el orden o la forma de hacer algo, aumenta su compromiso.

Si quieres aprender herramientas prácticas para estas rutinas con tu hijo, puedes agendar una cita conmigo para acompañarte en este proceso.

Cordial saludo.
Jazmín Arango Ricardo
Psicóloga, est. Esp. Neurodesarrollo y Aprendizaje
¡Hola! Algunos niños necesitan más apoyo para seguir rutinas, sobre todo si tienden a distraerse o resistirse. Un primer paso es crear rutinas claras y predecibles, con pasos visibles (por ejemplo, a través de un cuadro o pictogramas). También es útil anticipar lo que viene: “Después de vestirte, vamos a desayunar”.

Evita dar muchas instrucciones a la vez y celebra cada avance, por pequeño que sea. Si es posible, haz que las rutinas sean más atractivas, incorporando elementos de juego. Con el tiempo y la constancia, estas acciones repetidas se convierten en hábitos.

Te invito a agendar una cita para que trabajemos estrategias personalizadas y lograr que las rutinas diarias sean más fluidas y menos conflictivas.
Aquí te comparto algunas recomendaciones prácticas:

1. Establece rutinas claras y predecibles
Los niños se sienten más seguros cuando saben qué va a pasar. Intenta que las actividades diarias (levantarse, comer, bañarse, hacer tareas, dormir) ocurran más o menos a la misma hora y en el mismo orden.

2. Usa apoyos visuales o secuencias
Los calendarios visuales, carteles con imágenes o dibujos de cada paso de la rutina (por ejemplo, cepillarse los dientes, ponerse el pijama, leer un cuento) ayudan a los niños a anticipar y organizarse. Es útil involucrarlos en su creación.

3. Conecta antes de corregir
Antes de dar una instrucción, asegúrate de tener su atención. Baja a su nivel visual, haz contacto visual y dale una indicación clara y breve. A veces, un “¡Vamos, te toca bañarte ya!” desde lejos no tiene efecto; en cambio, un “¿Te ayudo a elegir tu pijama?” puede generar más colaboración.

4. Convierte la rutina en algo lúdico
Cantar una canción mientras se lavan las manos, hacer competencias suaves (“¿quién guarda más juguetes en 1 minuto?”) o poner una alarma divertida pueden transformar la rutina en un momento agradable.

5. Ofrece elecciones dentro de lo posible
Dar opciones pequeñas le permite sentir algo de control (“¿quieres ponerte primero los pantalones o la camiseta?”). Esto reduce la resistencia y promueve la autonomía.

6. Sé constante pero flexible
Los hábitos no se forman de un día para otro. La constancia, sin rigidez ni castigos, es clave. Algunos días costará más que otros: valida su frustración sin ceder por completo, y mantén un tono firme pero amoroso.

7. Refuerza los avances, aunque sean pequeños
Reconocer cuando lo logra (aunque haya sido con ayuda) refuerza la conducta deseada: “¡Qué bien te lavaste los dientes hoy sin que te lo recordara!”, “Me encantó cómo te organizaste para guardar tus cosas.”

Si notas que las rutinas son una fuente constante de conflicto, que tu hijo tiene mucha dificultad para mantener la atención, regular su conducta o reacciona con desbordes frecuentes, puede ser útil consultar con un psicólogo infantil. En algunos casos, puede haber necesidades específicas que requieran un abordaje más personalizado.
 Sofia Ruiz
Psicólogo
Bogotá
Hola! Cuando un niño se resiste a seguir las rutinas, generalmente no se trata solo de falta de voluntad, sino de una señal sobre cómo está procesando las demandas externas, su necesidad de autonomía o su nivel de regulación. Más que forzarlo a cumplir, lo primero es intentar comprender qué está pasando emocionalmente cuando se distrae o se resiste: ¿está cansado, aburrido?

Para hacer la rutina más llevadera podrías ayudarte de:

1. Validar la emoción antes que corregir: reconocer su emoción (“veo que no tienes ganas ahora”) reduce la resistencia y abre la puerta a la comunicación.
2. Involucrarlo en la creación de la rutina: permitirle elegir el orden o tener pequeñas decisiones (por ejemplo, “¿prefieres cepillarte antes o después de vestirte?”) aumenta el sentido de autonomía.
3. Usar recordatorios visuales o juegos: los niños responden mejor a estímulos concretos: Un tablero con dibujos o retos con recompensas simbólicas ayudan a hacer visible el progreso.
4. Evitar que la rutina sea un campo de batalla: si se vuelve una lucha constante, se refuerza la asociación negativa. Es mejor pausar, reconectar y retomar desde la calma.
5. Reforzar lo positivo: destacar cuando sí cumple, aunque sea un pequeño avance, ayuda a que internalice la conducta desde el refuerzo, no desde la obligación.

El objetivo no es solo que cumpla una rutina, sino que aprenda a autorregularse y a encontrar sentido en lo que hace, lo que a largo plazo transforma la rutina en un hábito sostenible.

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