Hola mi madre me odia desde siempre, me lo ha dicho y me lo expresa con hechos toda la vida, no teng
8
respuestas
Hola mi madre me odia desde siempre, me lo ha dicho y me lo expresa con hechos toda la vida, no tengo amigos ni pareja mi hijos mejor dicho estoy muy sola, encima con ansiedad y depresión ya me detectaron desde hace 5 años, no tengo ganar de ir a terapia físicamente no quiero ver a nada ni a nadie, escribió aquí solo desahogarme un poco porque creo ya no hay esperanza para una mujer vieja y fea de 38 años y enferma estoy por desaparecer de lo flaca debería existir más empatía pero es la cruda realidad yo quise mucho a mis padres me considero q fui una buena hija sobre todo en lo económico aún veo por ellos pero nadie agradeció nada y ya en este momento de mi vida siento q odio a todo mundo incluida mi yo misma

Infinitas gracias por abrir tu corazón aquí. Lo que nos compartes es profundo, doloroso y absolutamente válido. Solo el hecho de que hayas escrito esto, aun sintiéndote tan agotada y sola, muestra que hay una parte de ti que todavía busca un poco de alivio, una pequeña luz, que cree en que puede haber esperanza de un futuro mucho mejor. Y eso ya es un acto de fuerza enorme, de valentía.
Primero quiero decirte algo con toda claridad: tú no estás sola en tu dolor, aunque ahora se sienta así. Es claro y comprensible que te sientes herida, pero no estás rota ni eres irreparable. Lo que estás viviendo es el resultado de años de heridas emocionales no sanadas, de falta de amor y validación donde más lo necesitabas, y de un mundo que a veces no ha sabido sostenerte con la empatía que mereces.
Tener una madre que te ha hecho sentir poco amada o rechazada deja huellas muy profundas. El amor de los padres es nuestro primer espejo, y cuando ese espejo nos refleja dolor, rechazo o indiferencia, terminamos creyendo que eso es lo que valemos. Pero eso no es cierto y se puede cambiar. Lo que otros no supieron darte no define quién eres ni tu potencial y tampoco lo que mereces.
La soledad que sientes, el vacío, el cansancio, la ansiedad, la depresión… todo eso no es una falla tuya, sino una reacción natural de alguien que ha sostenido tanto por tanto tiempo. No es debilidad: es agotamiento emocional, es tristeza acumulada, es el grito silencioso de alguien que ha dado mucho y recibido poco a cambio.
Te leí con atención cuando dijiste “soy vieja y fea”. Permíteme decirte con toda honestidad profesional y humana: eso no es verdad. Lo que ves ahora en el espejo no eres tú, es la imagen distorsionada que dejan años de dolor, abandono emocional y falta de amor. A los 38 años, la vida no está terminada. De hecho, muchas personas comienzan a sanar justo en este punto. A veces no se trata de empezar de nuevo, sino de empezar distinto.
No necesitas correr a una consulta presencial si no puedes o no quieres. Existen espacios más suaves para comenzar: hablar con alguien por texto, como lo estás haciendo ahora, o con un terapeuta en línea si algún día decides intentarlo. Pero hoy, aquí, este primer desahogo ya es un paso valioso.
Y aunque sientas odio ahora —hacia otros y hacia ti misma—, recuerda: el odio es muchas veces una forma que toma el dolor cuando no encuentra consuelo. Detrás de ese odio probablemente hay una niña herida que sigue esperando un abrazo que nunca llegó. Tú no mereces vivir odiándote. Tú mereces sanar. Y aunque no parezca posible hoy, te aseguro que sí se puede. No en un día, no sin tropiezos, pero sí se puede.
Si alguna vez decides hablar con alguien más, habrá profesionales como yo que te escucharán sin juzgarte, con empatía, con paciencia. Porque tú vales mucho más que lo que la tristeza te ha hecho creer.
Gracias por atreverte a escribir. Eso es más importante de lo que imaginas. Y si puedes, permítete creer, aunque sea un 1%, que algo diferente aún puede nacer para ti.
Primero quiero decirte algo con toda claridad: tú no estás sola en tu dolor, aunque ahora se sienta así. Es claro y comprensible que te sientes herida, pero no estás rota ni eres irreparable. Lo que estás viviendo es el resultado de años de heridas emocionales no sanadas, de falta de amor y validación donde más lo necesitabas, y de un mundo que a veces no ha sabido sostenerte con la empatía que mereces.
Tener una madre que te ha hecho sentir poco amada o rechazada deja huellas muy profundas. El amor de los padres es nuestro primer espejo, y cuando ese espejo nos refleja dolor, rechazo o indiferencia, terminamos creyendo que eso es lo que valemos. Pero eso no es cierto y se puede cambiar. Lo que otros no supieron darte no define quién eres ni tu potencial y tampoco lo que mereces.
La soledad que sientes, el vacío, el cansancio, la ansiedad, la depresión… todo eso no es una falla tuya, sino una reacción natural de alguien que ha sostenido tanto por tanto tiempo. No es debilidad: es agotamiento emocional, es tristeza acumulada, es el grito silencioso de alguien que ha dado mucho y recibido poco a cambio.
Te leí con atención cuando dijiste “soy vieja y fea”. Permíteme decirte con toda honestidad profesional y humana: eso no es verdad. Lo que ves ahora en el espejo no eres tú, es la imagen distorsionada que dejan años de dolor, abandono emocional y falta de amor. A los 38 años, la vida no está terminada. De hecho, muchas personas comienzan a sanar justo en este punto. A veces no se trata de empezar de nuevo, sino de empezar distinto.
No necesitas correr a una consulta presencial si no puedes o no quieres. Existen espacios más suaves para comenzar: hablar con alguien por texto, como lo estás haciendo ahora, o con un terapeuta en línea si algún día decides intentarlo. Pero hoy, aquí, este primer desahogo ya es un paso valioso.
Y aunque sientas odio ahora —hacia otros y hacia ti misma—, recuerda: el odio es muchas veces una forma que toma el dolor cuando no encuentra consuelo. Detrás de ese odio probablemente hay una niña herida que sigue esperando un abrazo que nunca llegó. Tú no mereces vivir odiándote. Tú mereces sanar. Y aunque no parezca posible hoy, te aseguro que sí se puede. No en un día, no sin tropiezos, pero sí se puede.
Si alguna vez decides hablar con alguien más, habrá profesionales como yo que te escucharán sin juzgarte, con empatía, con paciencia. Porque tú vales mucho más que lo que la tristeza te ha hecho creer.
Gracias por atreverte a escribir. Eso es más importante de lo que imaginas. Y si puedes, permítete creer, aunque sea un 1%, que algo diferente aún puede nacer para ti.
Aclara todas tus dudas con una consulta en línea
¿Necesitas el consejo de un especialista? Reserva una consulta en línea: recibirás todas las respuestas sin salir de casa.
Mostrar especialistas ¿Cómo funciona?

Recibo tu mensaje con todo el respeto y el dolor que contiene. Quiero que sepas que tu voz importa, y que el solo hecho de escribir aquí -aunque sientas que es solo un desahogo- muestra una parte de ti que todavía busca conexión, incluso en medio de tanto sufrimiento.
Lo que describes es profundamente doloroso:
- El rechazo constante de tu madre, siendo que le has dado tanto
- La soledad que cargas sin redes de apoyo
- Esa mezcla de ansiedad y depresión que te acompaña hace años
- El agotamiento de sentir que nadie valora lo que haces
No es justo que hayas tenido que pasar por todo esto. No es verdad que no haya esperanza (aunque entiendo perfectamente por qué lo sientes así). Y aunque ahora lo veas imposible, el odio hacia ti misma no nació contigo** - fue construyéndose con cada herida que no sanó.
Te pido que consideres esto:
1. A los 38 años no eres "vieja" - estás en la edad donde muchas personas reconstruyen sus vidas después de crisis profundas.
2. La terapia no tiene que ser presencial: podemos hacer sesiones online donde no necesites salir de tu espacio seguro.
3. Cada palabra que escribiste muestra una fortaleza impresionante: has sobrevivido a todo esto y aún preguntas por empatía, lo que demuestra que tu capacidad humana sigue intacta.
No te pediré que tengas fe, pero sí que consideres darte una oportunidad más. Podemos trabajar en:
- Sanar esas heridas familiares que siguen abiertas
- Reconstruir poco a poco tu autoimagen
- Encontrar formas de aliviar ese peso emocional que cargas
Si algún día sientes un 1% de curiosidad por intentarlo, estaré aquí. Puedes escribirme por Doctoralia cuando quieras - sin presión, sin compromiso.
Mientras tanto, trata de hacer una cosa mínima por ti hoy: un vaso de agua, abrir la ventana 5 minutos, o simplemente recordar que mereciste amor entonces y lo mereces ahora.
Aquí nadie te juzgará.
Lo que describes es profundamente doloroso:
- El rechazo constante de tu madre, siendo que le has dado tanto
- La soledad que cargas sin redes de apoyo
- Esa mezcla de ansiedad y depresión que te acompaña hace años
- El agotamiento de sentir que nadie valora lo que haces
No es justo que hayas tenido que pasar por todo esto. No es verdad que no haya esperanza (aunque entiendo perfectamente por qué lo sientes así). Y aunque ahora lo veas imposible, el odio hacia ti misma no nació contigo** - fue construyéndose con cada herida que no sanó.
Te pido que consideres esto:
1. A los 38 años no eres "vieja" - estás en la edad donde muchas personas reconstruyen sus vidas después de crisis profundas.
2. La terapia no tiene que ser presencial: podemos hacer sesiones online donde no necesites salir de tu espacio seguro.
3. Cada palabra que escribiste muestra una fortaleza impresionante: has sobrevivido a todo esto y aún preguntas por empatía, lo que demuestra que tu capacidad humana sigue intacta.
No te pediré que tengas fe, pero sí que consideres darte una oportunidad más. Podemos trabajar en:
- Sanar esas heridas familiares que siguen abiertas
- Reconstruir poco a poco tu autoimagen
- Encontrar formas de aliviar ese peso emocional que cargas
Si algún día sientes un 1% de curiosidad por intentarlo, estaré aquí. Puedes escribirme por Doctoralia cuando quieras - sin presión, sin compromiso.
Mientras tanto, trata de hacer una cosa mínima por ti hoy: un vaso de agua, abrir la ventana 5 minutos, o simplemente recordar que mereciste amor entonces y lo mereces ahora.
Aquí nadie te juzgará.

Hola.
Busca dentro de ti, qué hay de positivo para que aun estés contigo misma. Las respuestas no vienen de los demás. Las respuestas siempre las encontramos dentro.
Busca ayuda profesional especializada...psicología clínica te ayudará. No se pierde todo cuando aun nos tenemos.
Ánimo!!
Busca dentro de ti, qué hay de positivo para que aun estés contigo misma. Las respuestas no vienen de los demás. Las respuestas siempre las encontramos dentro.
Busca ayuda profesional especializada...psicología clínica te ayudará. No se pierde todo cuando aun nos tenemos.
Ánimo!!

Entiendo el profundo malestar que expresas y el dolor que has acumulado a lo largo del tiempo. Escucho atentamente cómo describes la relación con tu madre, la sensación de soledad, la presencia de ansiedad y depresión, y la desesperanza que sientes en este momento.
Desde una perspectiva cognitivo-analítica, podemos empezar a desglosar algunas de las dinámicas que mencionas. La afirmación de tu madre y la vivencia constante de su rechazo han moldeado, sin duda, tu esquema relacional primario. Este esquema, esta expectativa fundamental sobre cómo son las relaciones cercanas, parece estar marcado por el desamor y la falta de validación.
La ausencia de amigos y pareja, junto con la distancia de tus hijos, podría ser una manifestación de cómo este esquema temprano influye en tus relaciones actuales. Es posible que, de manera inconsciente, esperes o incluso propicies situaciones que confirmen esa creencia de soledad y rechazo.
La ansiedad y la depresión, diagnosticadas hace cinco años, son síntomas significativos que a menudo se entrelazan con patrones de pensamiento negativos y autocríticos. La idea de ser "vieja y fea" a los 38 años, así como la autodenominación como "flaca" con una connotación negativa, reflejan posibles distorsiones cognitivas y una baja autoestima. En terapia cognitivo-analítica, exploraríamos el origen y la validez de estos pensamientos, buscando alternativas más realistas y compasivas hacia ti misma.
El sentimiento de haber sido una "buena hija" en lo económico y la falta de agradecimiento pueden generar resentimiento y confirmar la creencia de no ser valorada. Este patrón de dar sin recibir puede ser otro esquema relacional que exploraremos, entendiendo cómo se originó y cómo se mantiene en tus interacciones actuales.
La sensación actual de "odiar a todo el mundo, incluida mi yo misma" es una respuesta comprensible a tanto dolor acumulado. Sin embargo, este odio puede ser una defensa que te aísla aún más y perpetúa el ciclo de sufrimiento.
Entiendo tu reticencia a la terapia presencial. Es importante respetar tus límites. En este sentido, podríamos explorar opciones de terapia online como un primer paso, si te sientes más cómoda. La terapia cognitivo-analítica se centra en identificar los patrones relacionales problemáticos, las creencias subyacentes y los estados de ánimo asociados. A través de la conversación y de herramientas específicas, como el diagrama de formulación, podemos empezar a comprender cómo se han desarrollado estos patrones a lo largo de tu vida y cómo están afectando tu presente.
El objetivo sería ayudarte a tomar conciencia de estos patrones, a entender su origen y función, y a desarrollar nuevas formas de relacionarte contigo misma y con los demás. Esto implica un proceso gradual de autodescubrimiento, aceptación y cambio.
Quiero reiterar que tu dolor es real y válido. No estás definida por tu edad, tu apariencia o tu enfermedad. Hay posibilidades de construir una vida más plena y significativa, aunque ahora te cueste verlo. ¿Qué piensas sobre esta perspectiva inicial? ¿Hay algo de lo que he dicho que resuene especialmente contigo o que te genere alguna pregunta?
Desde una perspectiva cognitivo-analítica, podemos empezar a desglosar algunas de las dinámicas que mencionas. La afirmación de tu madre y la vivencia constante de su rechazo han moldeado, sin duda, tu esquema relacional primario. Este esquema, esta expectativa fundamental sobre cómo son las relaciones cercanas, parece estar marcado por el desamor y la falta de validación.
La ausencia de amigos y pareja, junto con la distancia de tus hijos, podría ser una manifestación de cómo este esquema temprano influye en tus relaciones actuales. Es posible que, de manera inconsciente, esperes o incluso propicies situaciones que confirmen esa creencia de soledad y rechazo.
La ansiedad y la depresión, diagnosticadas hace cinco años, son síntomas significativos que a menudo se entrelazan con patrones de pensamiento negativos y autocríticos. La idea de ser "vieja y fea" a los 38 años, así como la autodenominación como "flaca" con una connotación negativa, reflejan posibles distorsiones cognitivas y una baja autoestima. En terapia cognitivo-analítica, exploraríamos el origen y la validez de estos pensamientos, buscando alternativas más realistas y compasivas hacia ti misma.
El sentimiento de haber sido una "buena hija" en lo económico y la falta de agradecimiento pueden generar resentimiento y confirmar la creencia de no ser valorada. Este patrón de dar sin recibir puede ser otro esquema relacional que exploraremos, entendiendo cómo se originó y cómo se mantiene en tus interacciones actuales.
La sensación actual de "odiar a todo el mundo, incluida mi yo misma" es una respuesta comprensible a tanto dolor acumulado. Sin embargo, este odio puede ser una defensa que te aísla aún más y perpetúa el ciclo de sufrimiento.
Entiendo tu reticencia a la terapia presencial. Es importante respetar tus límites. En este sentido, podríamos explorar opciones de terapia online como un primer paso, si te sientes más cómoda. La terapia cognitivo-analítica se centra en identificar los patrones relacionales problemáticos, las creencias subyacentes y los estados de ánimo asociados. A través de la conversación y de herramientas específicas, como el diagrama de formulación, podemos empezar a comprender cómo se han desarrollado estos patrones a lo largo de tu vida y cómo están afectando tu presente.
El objetivo sería ayudarte a tomar conciencia de estos patrones, a entender su origen y función, y a desarrollar nuevas formas de relacionarte contigo misma y con los demás. Esto implica un proceso gradual de autodescubrimiento, aceptación y cambio.
Quiero reiterar que tu dolor es real y válido. No estás definida por tu edad, tu apariencia o tu enfermedad. Hay posibilidades de construir una vida más plena y significativa, aunque ahora te cueste verlo. ¿Qué piensas sobre esta perspectiva inicial? ¿Hay algo de lo que he dicho que resuene especialmente contigo o que te genere alguna pregunta?

Buenos días.
Me gustaría que habláramos en sesión virtual, has llegado a ese punto por los hechos que has vivido, pero quiero que sepas que siempre hay una esperanza, aunque suene a frase cliché.
La terapía es tu lugar seguro, te invito a reservar una consulta.
Me gustaría que habláramos en sesión virtual, has llegado a ese punto por los hechos que has vivido, pero quiero que sepas que siempre hay una esperanza, aunque suene a frase cliché.
La terapía es tu lugar seguro, te invito a reservar una consulta.

Hola estimada, gracias por escribirme y por abrir tu corazón de una manera tan honesta y valiente. Puedo imaginar cuánto dolor hay detrás de cada una de tus palabras, y me duele que hoy te sientas tan sola, sin fuerza y sin esperanza.
Primero, quiero decirte algo muy importante: no estás sola, y tu dolor importa. Este espacio en el que decidiste escribir también es un acto de vida, un intento de buscar alivio, y eso ya dice mucho de tu fuerza, aunque hoy no lo sientas.
Que te hayan faltado amor, reconocimiento o cuidado, no significa que tú no los merecías. A veces quienes más dan, como tú, son quienes más han aprendido a hacerlo en silencio, sin esperar nada a cambio, hasta que el vacío se vuelve insoportable. Y aunque ahora sientas rabia, agotamiento y rechazo hacia ti misma, quiero recordarte que eso también es parte del dolor que puede sanar.
Tener ansiedad, depresión o un historial de maltrato no te hace débil ni menos valiosa. Eres una mujer de 38 años que ha vivido muchas cosas difíciles, y que ha seguido adelante incluso cuando todo ha dolido. Eso no es “ser vieja o fea”, eso es ser fuerte, aunque el mundo no te lo haya dicho.
No estás rota, ni enferma por sentir lo que sientes. Estás herida. Y las heridas pueden sanar si encontramos un espacio seguro para hacerlo. No te presionaré a iniciar terapia si hoy no te sientes lista. Pero sí quiero decirte que aquí hay una puerta abierta, sin juicios, donde puedes hablar, llorar, enojarte, y poco a poco volver a reencontrarte contigo misma. Aún es posible.
Cuando quieras, aquí estaré.
Con respeto, con empatía, y con cuidado.
Un abrazo sincero
Primero, quiero decirte algo muy importante: no estás sola, y tu dolor importa. Este espacio en el que decidiste escribir también es un acto de vida, un intento de buscar alivio, y eso ya dice mucho de tu fuerza, aunque hoy no lo sientas.
Que te hayan faltado amor, reconocimiento o cuidado, no significa que tú no los merecías. A veces quienes más dan, como tú, son quienes más han aprendido a hacerlo en silencio, sin esperar nada a cambio, hasta que el vacío se vuelve insoportable. Y aunque ahora sientas rabia, agotamiento y rechazo hacia ti misma, quiero recordarte que eso también es parte del dolor que puede sanar.
Tener ansiedad, depresión o un historial de maltrato no te hace débil ni menos valiosa. Eres una mujer de 38 años que ha vivido muchas cosas difíciles, y que ha seguido adelante incluso cuando todo ha dolido. Eso no es “ser vieja o fea”, eso es ser fuerte, aunque el mundo no te lo haya dicho.
No estás rota, ni enferma por sentir lo que sientes. Estás herida. Y las heridas pueden sanar si encontramos un espacio seguro para hacerlo. No te presionaré a iniciar terapia si hoy no te sientes lista. Pero sí quiero decirte que aquí hay una puerta abierta, sin juicios, donde puedes hablar, llorar, enojarte, y poco a poco volver a reencontrarte contigo misma. Aún es posible.
Cuando quieras, aquí estaré.
Con respeto, con empatía, y con cuidado.
Un abrazo sincero

Lo que estás atravesando no es fácil y mereces ser escuchada sin juicios. Lo primero que quiero decirte es que tus emociones, aunque dolorosas, tienen sentido dada tu historia de vida. Has hecho un esfuerzo grande por tus padres, y parece que no has recibido el reconocimiento o cariño que esperabas, lo cual puede ser profundamente frustrante y triste.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, entendemos que los pensamientos que tenemos sobre nosotras mismas, los demás y el mundo influyen directamente en cómo nos sentimos y actuamos. Es posible que, por las experiencias difíciles que has vivido, se hayan instaurado creencias como “no valgo”, “estoy sola”, “no hay esperanza” o “soy fea”, que alimentan aún más tu ansiedad y depresión. Pero esas creencias, aunque se sienten reales, no siempre son verdades absolutas. Son pensamientos aprendidos que pueden cuestionarse y transformarse.
Sé que ahora no tienes deseos de asistir a terapia o de ver a nadie, y eso también es parte del aislamiento emocional que produce la depresión. Pero el simple hecho de escribir este mensaje muestra que dentro de ti aún hay una parte que desea ser escuchada, que quiere un cambio, y eso es un paso muy valioso.
Quiero que sepas que la depresión y la ansiedad no definen tu identidad, y aunque te sientas sola, no estás sola. Hay procesos que pueden ayudarte a reconstruir la relación contigo misma, a generar nuevas conexiones significativas y a aliviar el peso que llevas desde hace tanto tiempo.
A veces empezar no significa salir al mundo, sino simplemente permitirte una pequeña acción distinta cada día. Tal vez leer algo reconfortante, escribir tus pensamientos, o simplemente permitirte sentir sin juzgarte. Y si algún día decides retomar un proceso terapéutico, estaré aquí para acompañarte, sin prisa, a tu ritmo.
Tienes 38 años, y eso no significa que seas vieja o inútil. Significa que tienes historia, y también que aún puedes escribir nuevos capítulos, con herramientas distintas.
Tu dolor es real, pero también lo es tu capacidad para sanar. Gracias por compartirlo. Aquí estoy para ti.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, entendemos que los pensamientos que tenemos sobre nosotras mismas, los demás y el mundo influyen directamente en cómo nos sentimos y actuamos. Es posible que, por las experiencias difíciles que has vivido, se hayan instaurado creencias como “no valgo”, “estoy sola”, “no hay esperanza” o “soy fea”, que alimentan aún más tu ansiedad y depresión. Pero esas creencias, aunque se sienten reales, no siempre son verdades absolutas. Son pensamientos aprendidos que pueden cuestionarse y transformarse.
Sé que ahora no tienes deseos de asistir a terapia o de ver a nadie, y eso también es parte del aislamiento emocional que produce la depresión. Pero el simple hecho de escribir este mensaje muestra que dentro de ti aún hay una parte que desea ser escuchada, que quiere un cambio, y eso es un paso muy valioso.
Quiero que sepas que la depresión y la ansiedad no definen tu identidad, y aunque te sientas sola, no estás sola. Hay procesos que pueden ayudarte a reconstruir la relación contigo misma, a generar nuevas conexiones significativas y a aliviar el peso que llevas desde hace tanto tiempo.
A veces empezar no significa salir al mundo, sino simplemente permitirte una pequeña acción distinta cada día. Tal vez leer algo reconfortante, escribir tus pensamientos, o simplemente permitirte sentir sin juzgarte. Y si algún día decides retomar un proceso terapéutico, estaré aquí para acompañarte, sin prisa, a tu ritmo.
Tienes 38 años, y eso no significa que seas vieja o inútil. Significa que tienes historia, y también que aún puedes escribir nuevos capítulos, con herramientas distintas.
Tu dolor es real, pero también lo es tu capacidad para sanar. Gracias por compartirlo. Aquí estoy para ti.

Veo, en tu mensaje que te sientes muy triste y que has dejado de hacer muchas cosas en tu vida y que te sientes sola, reconozco tu valentía que te animaras hablarlo, aunque sea por acá en esta plataforma, ese el primer paso que debemos dar cuando nos sentimos de esta forma, pero hablarlo es importante te ayudará a desahogarte y si buscar a un profesional de psicología para que juntos puedan encontrar estrategias para rehacer el camino de tus valores. Busca ayuda no estás sola, encuentra un profesional con el que te sientas cómoda hablar de todo eso que sientes. Es importante que acudas a psiquiatría también, para que puedas revisar y puedas ayudarte con medicación, complementada con un buen proceso terapéutico con psicología. Muchas personas pasan por esto mismo y la clave esta en buscar ayuda, no te de pena hablar de como te siente.
¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.