Della Elena Lopez Lastre

Hola: Espero te encuentres bien, a continuación doy respuesta a tu pregunta desde mi especialidad.

Tu primera experiencia dolorosa es un trauma relacional que generó una huella en tu cerebro emocional (amígdala, sistema límbico). Allí quedaron asociadas ideas como: “para ser querido debo anularme” o “si no priorizo al otro, me abandonan”.

Patrón aprendido: En psicología del apego y neuroaprendizaje hablamos de mapas relacionales internos. Tú aprendiste a relacionarte desde la entrega excesiva y la autoanulación, y tu cerebro repite ese guion porque es lo conocido, aunque te dañe.

Somatización: La taquicardia, angustia y pánico no son simples “síntomas nerviosos”, son el cuerpo diciendo: “estás repitiendo el mismo dolor, estás en alerta”.

Círculo vicioso: Al sentirte atrapado, tu mente anticipa el fracaso, lo que genera conductas de miedo, necesidad de aprobación o huida. Esto afecta el vínculo y lo confirma como un fracaso más, reforzando la herida.

2. Claves para comenzar a romper el ciclo

No se trata solo de “tener fuerza de voluntad”, porque el patrón está inscrito en lo emocional y lo corporal. Necesitas un proceso de reprogramación emocional y cognitiva. Algunas claves:

Reconocer el patrón sin juzgarte
Anota en un cuaderno cómo suelen iniciar y terminar tus relaciones. ¿Qué haces tú? ¿Qué sientes? ¿Qué temes? Nombrar el ciclo ya es empezar a debilitarlo.

Trabajar en tu identidad y límites
Empieza a preguntarte: ¿qué necesito yo en una relación? ¿qué no estoy dispuesto a negociar?. Hacer una lista de “límites sanos” es clave para no perderte en la pareja.

Reprogramación emocional
Cuando aparezca la sensación de pánico o taquicardia, practica técnicas de respiración consciente (4 segundos inhalar, 4 retener, 6 exhalar) para enseñarle a tu cuerpo que no está en peligro real. Esto ayuda a “desactivar” la respuesta automática.

Sanar la herida original
Lo más profundo no es la relación actual, sino aquella primera experiencia donde aprendiste a anularte. Trabajar con un proceso terapéutico (psicoterapia, terapia de trauma, o incluso enfoques de neuroaprendizaje te permitirá cerrar ese ciclo emocional que tu mente sigue abriendo una y otra vez.

Autonomía afectiva
Antes de entrar a una nueva relación, fortalece el vínculo contigo mismo. Haz actividades que disfrutes solo, toma decisiones pequeñas sin consultar a nadie, refuerza la idea de que tu valor no depende de lo que des a otro.

3. Lo más importante que debes recordar

No eres “incapaz de amar”, lo que pasa es que tu sistema emocional sigue atado a una herida pasada.

Romper un patrón no es inmediato, pero con consciencia y acompañamiento terapéutico, sí se puede reprogramar.

Cada vez que eliges escucharte y priorizarte, estás construyendo una nueva ruta neuronal que te permitirá relacionarte de manera más libre y sana.